Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en Chile y en el mundo. En nuestro país, 27.1% del total de defunciones fueron causadas por enfermedades cardiovasculares en el 2016, con una tasa de mortalidad por accidente cerebrovascular e infarto de miocardio de 46.4 y 44.8 por 100.000 habitantes, respectivamente (Minsal, 2016).Así mismo, las enfermedades cardiovasculares son unas de las causas de pobreza que dificultan el desarrollo económico en todo el mundo. La carga de enfermedad y la mortalidad producto de estas patologías es en ascenso, afectando a millones de personas, familias y comunidades, representando un gran obstáculo para el logro de los objetivos del milenio en la lucha contra la equidad y la pobreza (Gómez, 2011). La promoción de hábitos saludables, la prevención y el manejo oportuno de estas patologías representan un enorme desafío y debe ser una prioridad nacional e internacional.